LIBRO: El señor de los venenos

EL SEÑOR DE LOS VENENOS

Enrique Symns
Ed. El cuenco de plata
2005

Después de ver a Anthony Bourdain en su programa Sin reservas, ─televisado por Travel&living─, en el que viaja por todo el mundo catando la gastronomía callejera, provoca salir a mochiliar, a aventuriar, a untarse de calle y de mercando popular. Pero además, incita a comer con conciencia, a saborear cada textura e identificar las cualidades de lo que se lleva a la boca. Lo mismo ocurre con Symns. La lectura de estos episodios toxicológicos incita a estirar una línea y darse un buen pase de coca.
Ahora, no se están anhelando los sórdidos extravíos que vivió Symns y que nos relata en su novela. ─Al género del libro lo colgaron del clavo: crónica auto-biográfica─. Lo que se envidia es la capacidad que tenía el tipo para llevar al plano concreto, de lo físico, de lo real, todos los destellos de genialidad que le despertaron los estimulantes. Ya lo decía Jim Morrison cuando afirmaba que gracias a las drogas se abrían las puertas de la percepción. Y de allí el nombre de su grupo “The doors”. Por supuesto el quid del asunto no es quedarse satisfecho con la recreación de un universo mental, etéreo y disparatado. La clave es utilizar los efectos de las drogas para plasmar una actividad concreta, para que queden testigos de las múltiples posibilidades que cada uno guarda. Symns lo confirma cuando, estando en la oficina de la revista que fundó, Cerdos y Peces, a la hora de hacer la edición, y al antojarse de un pase, abandonaba la sala de redacción argumentando al resto del equipo que iba a buscar un poco de inteligencia al baño.

En la prosa de Symns se puede leer una fuerza literaria, un vigor en cada frase, que le da cuerpo a la novela y hace muy entretenidas las aventuras allí narradas. Su novela desborda una sinceridad impúdica que lo pone en paralelo con figuras como Henry Miller y Bukowski. ─Esto último se ha dicho hasta el cansancio. Incluso se dice que Symns es el Hunter Thompson latinoamericano─.
Enrique Symns fue un vagabundo, ladrón y drogadicto hasta que, sin abandonar ninguna de estas actividades, también se volvió periodista del bajo mundo. Su campo de acción comenzó en el underground argentino de los 80’s cuando figuras como Andrés Calamaro, o el vocalista de la banda Versuit Vergarabat, aún no eran alcanzados por el espaldarazo de la fama y hacían sus presentaciones en cochambrosos bares de Buenos Aires. Pese a su resistencia para ingresar a los círculos virtuosos de la notoriedad y la farándula, Symns logra en los 90’s el reconocimiento del público. Sus columnas incendiarias y reportajes están escritos desde las atmósferas del subsuelo, atiborrados de crudeza, desvergüenza y sarcasmo.¹ Este periodo luminoso le durará muy poco. Con su arrogancia y grosería se ganará el desprecio de sus más allegados amigos. Es así como vuelve a sumirse en la vagabundería y en la desazón de la que siempre ha sido presa. Esta es la historia de un hombre que, sobre todo, fue un creador de utopías dispuesto a llevarlas a cabo.

¹Lo escrito en este comentario sólo tiene soporte en el libro comentado y en algunas entrevistas sacadas de la web. Si alguien tiene material adicional, algún número de CERDOS Y PECES, favor ponerse en contacto con este Blog.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cordial saludo.....

Quiero decirle que me he encontrado por casualidad con su blog y lo encuentro bastante desagradable. No tiene usted ni idea de lo que es el buen gusto y lo peor, personas como usted hacen que se nos vea a los blogers como unos payasos.

Su historia de la fecha de nacimiento, con el debido respeto, ¿a quién le importa? O sus novias o su vacilante vida académica?
A NADIE, se lo repito: A NADIE.

Ojalá desarrolle un mejor gusto y lo invito a que haga........


Con aprecio,

Leo. (jajajajajaja)

Que hubo mijo. Supongo que ya te está pasando el sustico, jaja.
Hey, está muy bacano tu blog, se ve agradable.

Luego leo las cosas que has colocado en él.

Me despido por ahora,

www.enunblog.com/bajoelsubsuelo